sábado, 26 de febrero de 2011

Capítulo 8: La excursión de Noviembre.

-¡No te olvides de coger también un paraguas, por si llueve! Y llama cuando lleguéis al hotel.
Naminé asintió con una sonrisa cuando pasó por la cocina a acabar de beberse el vaso de leche de su desayuno.
-Sí, mamá, no te preocupes- salió al recibidor, cogiendo un paraguas plegable, blanco y azul. Lo guardó en un lateral de la bolsa con ropa que llevaba- ¡Estaré bien¡Adiós!
Tras recibir una calurosa despedida de su madre, la muchacha abrió la puerta y salió al exterior, echando a correr calle abajo, hacia el punto donde había quedado con Kairi. En sus oídos resonaba la música de su reproductor de mp3.
Su amiga ya estaba allí cuando llegó, como ella, vestida con el uniforme de invierno del instituto. Al contrario que la ropa reglamentaria celeste y blanca que habían estado llevando, aquel uniforme era de tono azul oscuro, tanto la falda como la chaqueta y los calcetines. La camisa, en el interior, seguía siendo blanca, y, como atuendo optativo, se podía sustituir la chaqueta por un jersey de color crema.
Encima del uniforme, ambas llevaban los abrigos reglamentarios, con sus guantes y bufandas a juego.
-¡Eh!- la saludó Kairi al verla acercarse- ¿Lista para la excursión?
-Claro que sí- respondió Naminé- Nunca hacíamos viajes así en mi anterior instituto.
-¡Cinco días sin clase!- se maravilló Kairi mientras las dos amigas echaban a andar- ¡Y hasta el sábado no volvemos!
-Y, además, mira qué lista de lugares- añadió Naminé, ilusionada, sacando un folio doblado de su bolsillo- Primero, vamos a Ciudad de Paso, luego al parque de atracciones de las Islas del Destino… ¡Y después a las montañas que están aquí cerca, a esquiar!
-Y así podemos ir practicando, para Navidades.
Naminé se echó a reír.
-¿Quieres ir a esquiar otra vez en Navidades?
-Depende de cómo me salga esta vez¡porque no tengo ni idea!
-¡Por favor, Kairi! Pero, de todas formas¿sabes lo que quiero ver de verdad en Ciudad de Paso…?
Charlando alegremente, las dos amigas continuaron su camino hacia el instituto. En su recorrido, saludaron a varios de sus compañeros, que, como ellas, cargaban con bolsas de ropa y hablaban entre sí sobre lo que harían en la excursión.
En cuanto llegaron frente a la puerta del instituto, y como ya había llegado a ser habitual, una figura se lanzó sobre ellas, rodeándolas a ambas en un abrazo que las dejó sin respiración.
-¡Chicas¿Sabéis qué¿Sabéis qué?- exclamó con alegría.
-¿Qué pasa, Selphie?- preguntó Naminé, tratando de zafarse del apretón de su amiga.
-¡Vamos a coincidir con los chicos del instituto Ansem el Sabio el tiempo que estemos esquiando!- anunció la chica de ojos verdes con un gritito de alegría- ¿No es genial?
-Es un internado de pago- añadió Olette, que se había acercado para saludar a sus amigas- Aunque, Selphie, tampoco lo veo tan emocionante…
Su compañera soltó a Kairi y Naminé para encaramarse a su cuello.
-¡Ah, Olie, es que es obvio que a ti no podía interesarte la noticia!- bromeó.
-Oh, vamos, Selphie…-comenzó Olette.
-Porque todo el mundo sabe…- continuó ella, sonriendo con picardía- Que te gusta Hayner, y…
-¡E-eso es mentira!- protestó Olette, ruborizada.
-¡Ah, no, tengo razón¿Verdad, Kai?
La chica pelirroja dio un respingo. ¿Ahora Selphie también?
-Por todos los santos, no me llames…
-¡KAI!
Kairi cerró los ojos y apretó los puños. Estaba empezando a ponerse de mal humor a pesar de las fantásticas perspectivas de la excursión de Noviembre.
Y en el peor momento, como siempre, tenía que aparecer… él.
-Eh, Kai¿a que no sabes qué?- dijo Sora, llegando a su lado- He conseguido arreglar tu paraguas rosa- cuando Kairi abrió los ojos y lo miró, sorprendida, el chico le tendió su paraguas, sonriendo con inocente alegría.
-Pero… pero… ¿tú estás mal de la cabeza?- le espetó la pelirroja a su vez- ¿Y qué voy a hacer yo con esto durante toda la excursión?
Antes de escuchar la respuesta de Sora, Naminé suspiró. Era imposible no tenerlos así todo el día. Ya podía imaginarse la excusión, llena de insultos y bofetadas…
-Eh, hola- la saludó una voz conocida, haciéndola alzar la cabeza.
-Hola, Roxas- respondió, sonriendo.
-¿Están otra vez con lo mismo?- preguntó- Por favor… Cualquiera diría que tienen que hacer un trabajo juntos…
-Pues sí, ya ves- Naminé suspiró- Ahora que te veo¿qué llevas ahí?
La chica señaló un objeto alargado y plano, que, envuelto en tela impermeable, Roxas llevaba bajo el brazo.
-¿Esto?- el chico sonrió- Mi tabla de snowboard. Para cuando vayamos a la nieve.
Los ojos de Naminé se iluminaron.
-¿Sí¡Vaya¿También sabes hacer snowboard?
-Supongo que tiene cosas en común con el monopatín, aunque, bueno, sólo llevo haciéndolo desde que me mudé con mi padre y mi hermano. En realidad comencé para pelearme con un idiota que… En fin, no importa- negó con la cabeza, para volver a su media sonrisa de siempre- ¿Y tú¿Sabes esquiar, Naminé?
-¿Yo?- ella se echó a reír, como si la idea le pareciese absurda- ¡Qué va! Pero mi madre me enseñó a patinar sobre hielo cuando era niña¿sabes?
-¡Ahí va! Pues hay una pista en Villa Crepúsculo… y también donde vamos a ir a esquiar- observó Roxas- Te lo habría dicho si hubiera sabido que…
-¡Pues no¡No sé ni para qué he tenido que molestarme en arreglar tu estúpido paraguas!- lo interrumpió la voz de Sora, mientras el mencionado objeto pasaba a pocos centímetros de su rostro.
-Pero… ¡que no tengo más paraguas que éste!- respondió Kairi, corriendo a cogerlo- ¡No lo tires!
Sin embargo, Roxas fue más rápido. Agachándose con velocidad, recogió el paraguas, apartándolo de Kairi.
-¿Queréis parar de una vez?- pidió con voz firme- Si os digo la verdad, no me parece raro que os hayan castigado.
-Eso es- añadió Olette- Estáis peleándoos por una tontería, chicos.
-De todas formas, es lo que hacen siempre¿no?- bromeó una nueva voz.
-¡Riku!- saludó Selphie- ¡Hayner, Tidus, Pence, Wakka! Ahora sí que estamos todos.
-Por poco tiempo, créeme – respondió el joven de pelo plateado- Hay que subir ya a los autobuses.
-¿Qué¿Ya nos vamos?
Lanzando un gritito de alegría, Selphie echó a correr hacia el parking, prácticamente atropellando a Wakka en el intento. Los demás comenzaron a andar tras ella, pero a su propio ritmo.
Kairi, que acababa de recuperar su paraguas de manos de Roxas, redujo el paso hasta situarse al lado de Naminé.
-¿Por qué no te sientas con Tidus en el bus?- le susurró, sonriendo con picardía- Tenemos un viaje que va a durar prácticamente todo el día… y así tendrías que hablar con él mucho tiempo. ¿No te parece?
-¿¡Qué!- exclamó la chica rubia, ruborizándose- No loca… yo… Si no le…
Pero Kairi ya había corrido hacia Tidus, y en aquel momento empezaba a susurrarle algo.
-¿Qué Olette va a explicarte los problemas de matemáticas en el viaje, pero que no puedes sentarte con ella porque te parece mal dejar sola a Naminé?- Kairi asintió, sonriendo- ¿Y Selphie?
-Selphie ha quedado en sentarse con… ehm…-miró a su alrededor, buscando una víctima- Con Roxas.
El chico le dirigió una mal disimulada mirada molesta mientras Selphie se echaba a reír.
-¿Por qué Kairi tiene que meterme a mí en esto?- protestó
-¡Eh, Naminé es tu amiga!- bromeó la chica de ojos verdes- ¡Ayúdala un poquito!
-Ayudarla…
-¡Claro! Además, así te sentarás conmigo. ¡Y te aseguro que soy mucha mejor compañía que esos salidos de Sora y Hayner!
-Bueno, de acuerdo, me sentaré con Naminé- aceptó Tidus en voz alta, para la grata sorpresa de Kairi.
Sin embargo, Roxas pudo observar que Naminé no parecía tan contenta como sus amigas. Caminaba sola, algo más atrás, levemente ruborizada y cabizbaja, sosteniendo con fuerza el bloc de dibujo que acababa de sacar de su bolsa de viaje.
Suspirando, redujo la velocidad para acercarse a ella.
-¿Todo bien?- le preguntó.
La chica negó con la cabeza, aumentando la presión sobre su bloc.
-¿No quieres sentarte con Tidus?- añadió Roxas, mirándola, ciertamente esperanzado por alguna razón desconocida.
-¡Claro que sí!- replicó Naminé, con tal resolución que hizo al chico apartar la mirada, espantado- Quiero decir… Lo estoy deseando, pero…
Tras suspirar, volvió a mirar al suelo.
-No sé… A veces pienso que estoy haciendo el tonto¿sabes?- añadió tras un rato- No me hace caso, y sólo se va a sentar conmigo porque Kairi…
Roxas la interrumpió con un gesto cuando llegaron al autobús. Sonrió, entrecerrando los ojos.
-¡Venga, no te subestimes!- la animó- ¡Tienes un viaje largísimo para hablar con él! Es tu oportunidad¿no crees?
-Supongo- asintió la chica, subiendo al bus con tímida alegría.
Roxas se disponía a seguirla, cuando oyó carcajadas a su espalda.
-¿Se puede saber qué os pasa?- preguntó, girándose de sopetón.
Riku, Sora y Hayner no respondieron, sino que continuaron riéndose como si no hubieran oído. Finalmente, y poniendo los ojos en blanco, el muchacho subió al autobús.
El pasillo del vehículo estaba lleno de estudiantes yendo, viniendo y buscando asientos y amigos. En realidad, era un auténtico caos.
No tardó en localizar, sin embargo, el cabello rubio de Naminé, sentada al lado de la ventanilla, junto a Tidus, que estaba vuelto en su asiento, hablando con Wakka y Pence, situados en la fila trasera. Algo mas atrás, y al otro lado del pasillo, estaban sentadas las chicas, Kairi y Olette delante, y Selphie detrás, junto a un asiento vacío.
En cuanto lo vio acercarse, la alegre joven lo hizo sentarse a su lado, en el asiento del pasillo.
-Oh, vamos, Roxie, no somos tan aburridas- lo regañó al ver su expresión molesta.
Roxas suspiró, pero no dijo nada. En lugar de eso, sacó su móvil del bolsillo del pantalón y pareció muy interesado en batir el récord del juego de la serpiente.
Selphie suspiró, dándose por vencida, y, finalmente, se encaramó al respaldo de Olette para hablar con sus amigas.
Poco después, y regañados por el profesor de educación física por entretenerse demasiado, Sora y Hayner subieron al autobús.
-¿Sabéis qué?- les dijo el chico de pelo puntiagudo a Tidus y Wakka- Aunque vayan en otro autobús, los de tercero van a compartir planta de hotel con nosotros.
-Entonces, podrás estar en la misma habitación con Riku. ¡Qué bien, tío!- observó Wakka- Y nosotros podremos compartirla con Cid¿no, Tidus?
-¿De cuánta gente son los cuartos?- quiso saber éste.
-De tres y de cuatro- respondió Hayner, exhibiendo una sonrisa pícara- La pena es que no pueden ser mixtos, ni los chicos pueden entrar en la zona de mujeres por la noche.
-Por todos los santos, Hayner¡controla las hormonas!- exclamó Olette desde el otro lado del pasillo.
Todos los que se encontraban cerca del grupo se echaron a reír, aumentando sus carcajadas cuando el profesor guió a Sora a su asiento a base de tirones de oreja y amenazó con hacer lo mismo con su amigo.
Poco después, el autobús arrancaba, con destino a Ciudad de Paso.

-¡Ja¡Míralos ahora, Kairi¡Tidus acaba de contar un chiste y Naminé se está riendo!
Selphie, de nuevo encaramada en el asiento de Olette, cuchicheaba con su amiga en tono alegre, sin parar de mirar a la pareja, que parecía pasar un buen rato.
-¡Soy una celestina genial!- comentó la pelirroja con una risita.
"¡Anda ya!" pensó Roxas.
A pesar de que aparentaba dormir y tenía los cascos en los oídos, el volumen de la música no estaba lo suficientemente alto como para evitar oír a las dos amigas. Y no estaba de acuerdo con lo que decían.
-Antes me parecía que no pegaban en absoluto, pero ahora… viéndolos así…- estaba diciendo Kairi- Tidus es muy abierto, y muy buen chico. A lo mejor ayuda a Naminé a vencer esa timidez suya.
-Sí, mírala, cómo sonríe- observó Selphie.
Roxas hubiera puesto los ojos en blanco si los hubiera tenido abiertos. Definitivamente, era la hora de subir el volumen.
-Pero, bueno…- continuó Selphie entonces- De todas formas, si empiezan a salir juntos, sería el primer novio de Naminé¿no?
-Que yo sepa, no ha tenido ninguno antes- respondió Kairi- Tampoco le han interesado demasiado los chicos, hasta Tidus.
Repentinamente interesado, Roxas apartó el dedo de la ruleta del volumen. Sentía curiosidad. Sólo curiosidad, eso era todo.
Porque Naminé era su amiga.
-Vaya, pues es mona¿no crees?
-Ha tenido pretendientes, pero no le ha gustado ninguno- Kairi se encogió de hombros- De todas formas¿qué más da?
Selphie pegó un bote en el asiento que hizo a Roxas abrir levemente los ojos, sorprendido.
-¡Estarás de broma!- exclamó, con los ojos brillantes- ¡Juntar a Naminé con su primer amor va a ser mi buena acción del año!
Roxas, olvidando que seguía haciéndose el dormido, resopló.
-¡Ay va, Roxie, te has despertado!- observó Selphie, sonriendo- ¿Te has mareado? Tienes mala cara.
-¿Eh? No, sólo tengo sueño- replicó él, aún malhumorado- Y vosotras y vuestras tonterías no sois el mejor somnífero.
Kairi, encaramada en su asiento, lo observó con curiosidad y una pizca de preocupación en la mirada.
-Pero… ¿por qué estás de tan mal humor desde que subimos al bus? No sueles ser así, Roxas ¿Es que no te gusta viajar, o te mareas?
-Estoy bien…- respondió el joven, recuperando la sonrisa por un momento- De verdad, son sólo tonterías que estoy pensando. Cosas mías…
-Y, además- intervino Selphie entonces- ¡No hablábamos de estupideces! Naminé y Tidus hacen una buena parej…
-¡No hacen una buena pareja, por favor!- replicó Roxas-¡Si a Tidus ni siquiera le gusta Naminé!
Selphie y Kairi cruzaron una mirada de asombro, que pronto se tornó sonrisa burlona.
-Awww, Roxie- susurró la chica de ojos verdes, riéndose- ¿Detecto un profundo y malsano ataque de celos?
La mueca de fastidio desapareció del rostro de Roxas cuando sus ojos se abrieron como platos.
-¿…celos?- repitió en voz baja.
-¡Eso es¡Todo encaja!- explicó Selphie- No está de mal humor porque estés mareado o no puedas dormir¡sino porque Tidus se ha sentado con Naminé!
-¡Cla-claro que no!- trató de negar Roxas, ruborizándose- ¡Yo no iba a sentarme con ella de ningún modo… así que no me importa!
Sus dos interlocutoras se echaron a reír.
-Uh-Uh, esto se pone interesante- comentó Selphie- ¿Quién lo hubiera dicho?
-Pero que yo no…
-¡Te molesta verlos juntos!
-Claro que…- sin embargo, volvió a desviar la mirada hacia la pareja, que mantenía una animada conversación. Sí, debía admitir que le molestaba, pero la razón no tenía nada que ver con celos. Claro que no- Lo que me fastidia es que Naminé se está haciendo falsas ilusiones. ¡No está bien que la animéis a hacer algo que es imposible que salga bien!
-¿Y por qué no va a salir bien?
Roxas abrió la boca para contestar, pero finalmente guardó silencio. Había varias cosas que podría decir, argumentos, que, a sus ojos parecían totalmente coherentes, pero por el modo en el que Kairi, y sobre todo Selphie, lo miraban, sería completamente inútil convencerlas de que no sentía celos.
-Yo… creo que tengo sueño- susurró- No he dormido nada esta noche- Pulsó el botón de volumen, ahogando la protesta de Selphie bajo su música favorita- Y no tengo ningún problema con Tidus y Naminé. Es… sólo un presentimiento.

-¡Ciudad de Paso¡Ya hemos llegado!
La alegre voz de Selphie logró arrancar a Naminé de un sueño en el que debía llevar sumida varias horas. Consultando su reloj, observó que eran las cuatro y media de la madrugada, y que, por lo tanto, y descontando las paradas para comer y descansar, llevaban casi un día entero en el autobús.
Mirando a su alrededor, contempló a sus compañeros que, salvo excepciones como Selphie o Pence, dormían en posiciones más o menos confortables.
A su lado, Tidus se hallaba despatarrado en el asiento, con la boca abierta y el balón de blitzball firmado de Wakka en las manos. Su amigo roncaba algo más allá, junto a Pence, que tenía la despeinada cabeza vuelta hacia la ventana y observaba las luces de la ciudad.
Tanto Sora como Hayner sonreían en sueños, mientras que Kairi lucía una expresión enfurruñada. Olette estaba, al igual que Pence, vuelta hacia la ventanilla.
Y al lado de Selphie, que miraba con excitación los edificios del exterior, estaba Roxas, también dormido.
Con los cascos de música puestos, las manos sobre el reposabrazos y la cabeza reclinada sobre el pecho, respiraba tranquilo, como un niño. Y lo cierto era que resultaba encantador.
Sonriendo, la chica se lo quedó mirando, sin que nadie se percatase, hasta que el autobús se detuvo frente al hotel del Distrito Dos y los profesores comenzaron a espabilar a sus alumnos.

Y en el próximo capítulo...
9: Un día tranquilo
111-111
-¿"El triángulo amoroso del siglo"?- los ojos de la chica pelirroja se abrieron como platos- ¿Tú crees que a Naminé le va a gustar esto?
Selphie sonrió con malicia, mirando, sin embargo, al otro lado de la mesa, donde su amiga rubia charlaba con Roxas, ajena a sus susurros.
-Ah, pero sabías que hablaba de ella. Y de Tidus. Y de Roxas.
111-111
-¿Quién es esa chica?- le preguntó a Kairi en un susurro cuando su amiga se acercó a ella- Me suena haberla visto en el instituto, pero...- sacudió la cabeza.
-Va a segundo, como nosotras, pero a otra clase. Se llema Yuna Izumi.
111-111
La joven se levantó, dejando abierta la ventana, para acercarse a la puerta y abrirla.
-Chicos... que es tarde- comenzó a decir.
Sin embargo, no pudo evitar que no una ni dos, sino tres personas- las dos primeras prácticamente arrastrando a la última- entraran en su dormitorio.
-Pe-pero...- comenzó a protestar la muchacha, cerrando la puerta tras ellos con delicadeza- No podéis estar en el área de chicas...
-Oh, vamos, Sayuri- replicó el chico que había llamado a la puerta- Si sólo venimos a verte un rato ¡No va a pasar nada malo!
-Además- añadió otro de los jóvenes, apoyándose con despreocupación contra una pared y sonriendo burlonamente- ¿Qué te hace pensar que nos pillarán?
111-111
Bueno, hahaha xD ya termine
plis comenten en la pagina de comentarios sii? :D
Bye~
"No puedo decir que la tranquilidad sea algo que ronde habitualmente en lo que siento..."

No hay comentarios:

Publicar un comentario